Jorge Pulgar

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sábado, 22 de diciembre de 2007

¿Cómo debe ser hoy la educación moral de los niños?

Jorge Pulgar V.

La educación hoy debe responder a potenciar en el hombre, un desarrollo integral, en todas las dimensiones de su vida: social, intelectual, valórica, cognitiva; para responder mayormente capacitado a un mundo globalizado y con un alto grado de especialización en distintas disciplinas del saber y del mundo del trabajo.

Atrás han quedado aquellos tiempos en que el alumno era un ser pasivo en el proceso de enseñanza- aprendizaje, un receptáculo donde depositar una serie de contenidos descontextualizados y sin significado, sin arraigo en las propias vivencias, haciendo que las experiencias quedaran relegadas a un segundo plano; escenario que con el paso de los años fue transformándose para dar cabida a la participación de sus alumnos, considerando las diferencias y características personales de cada estudiante a la hora de abordar los aprendizajes en el aula. A pesar de estos avances aún queda mucho por mejorar y será responsabilidad de cada docente asumir estos cambios en beneficio de sus estudiantes.

La educación de hoy tiene muchos desafíos que resolver y ante los cuales responder con las mejores estrategias y metodologías para que cada alumna y alumno cuenten con una educación de calidad, cuyos parámetros, más que los estándares establecidos por mediciones y evaluaciones, tanto nacionales como extranjeras, den cuenta de las necesidades que realmente tiene cada niño o joven de este país, su familia y su comunidad.

Y entre estos desafíos, la educación moral y la educación en valores, se alza por sobre los contenidos y los conocimientos que cada estudiante del país debe interiorizar, con la intención clara de dotar de sentido y de espiritualidad al proceso de aprendizaje, haciéndolo más humano, más afectivo y más cercano. “En su proceso de educación, el niño, el adolescente, el joven, tienen derecho a recibir y tomar posesión activa de la herencia humana, a conocer, a vivir en su propio yo y en su propio grupo, y a objetivar y valorar los términos del maravilloso proceso de hominización, de humanización, en el cual estamos inmersos, y en el cual podemos continuar avanzando, retrocediendo, cambiando[1].”

En la actualidad al incluir los valores en los Planes y Programas a través de los Objetivos Transversales, y luego en el Proyecto Educativo Institucional de cada establecimiento educacional del país, favorece su trabajo en todos los sectores de aprendizajes y años de escolaridad, con el objetivo último de educar ciudadanos más aptos y más tolerantes, con la capacidad de identificarse con su propia cultura y de trabajar en equipos, con otros, conociéndose a sí mismos y a los demás, respetando y valorando a los otros y su trabajo.

La educación es en y para los valores humanos. Es el contrapunto necesario a una formación técnica y científica, no sobrada de humanismo, para que el individuo sepa responder ante sus obligaciones morales más profundas. El mundo actual necesita un código aceptable de valores que devuelvan al individuo su papel central en todos los proyectos culturales, económicos, sociales, políticos y religiosos. El desarrollo técnico y científico produce o perfecciona los medios para vivir, pero son la ética, los valores y la virtud quienes señalan los fines y, por tanto, la legitimidad o perversión en el uso de los medios[2].

La educación debe ser integral y apuntar a formar hombres integrales que sean capaces de responder a cualquier situación que se les presente, no sólo enfocarse a la transmisión de contenidos, que si bien es cierto, son una parte importante del proceso, otras de las aristas del mismo la constituyen la afectividad y los valores; convirtiéndose en un proceso de crecimiento más que individual, un proceso que afecta a toda la sociedad y a la comunidad local en la cual habita.

Para ello la escuela, como Unidad Educativa, debe generar el clima más propicio que permita el desarrollo pleno de cada uno de sus estudiantes, innovando en la práctica educativa mediante la utilización de nuevas y más eficaces estrategias, metodologías o métodos, permitiendo que cada niño y niña, desde su experiencia interiorice tanto los contenidos como los valores, reforzando aquellos que ya posee, encaminándose hacia el logro real de las metas educativas.

Dentro de las actividades que pueden realizarse para reforzar los valores en el aula o fuera de ella pueden ser: promover el diálogo en la sala de clases, generando un espacio en el que se practica el diálogo, la tolerancia, el respeto y la resolución de conflictos de la mejor manera posible. En este sentido, aquellas actividades que hacen que el estudiante interactúe con sus pares y profesores, favorece actitudes empáticas hacia los demás y le permite desarrollar la moral, una ética personal sana y rica en experiencias positivas y agradables, tales como el trabajo en equipo, campañas solidarias, encuentros, paseos, visitas a hogares de ancianos, entre otros. También es importante que los alumnos y alumnas desde el principio de su escolaridad desarrollen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de observar, analizar, emitir juicios, reconocer los errores, valorar los aciertos y logros; así como estimular el pensamiento crítico y reflexivo.

Y para concluir, es justo citar una serie de reflexiones acerca de lo que significa educar en valores para María Vega López[3], Docente RMM Rancagua:

- La educación en valores es una instancia de reflexión, de crecimiento personal que facilita la incorporación de alumnos y alumnas, inicialmente, a un sistema educativo que les permita desarrollarse en un plano de equidad y, posteriormente, a una sociedad donde puedan realizarse como personas, únicas y responsables de su propia vida.

- Es sencillamente educar moralmente porque los valores enseñan al individuo a comportarse como persona, a establecer jerarquías entre las cosas, a través de ellos llegan a la convicción de que algo importa o no importa, tiene por objetivo lograr nuevas formas de entender la vida, de construir la historia personal y colectiva, también se promueve el respeto a todos los valores y opciones.

- Educar en valores es también educar al alumnado para que se oriente y sepa el valor real de las cosas; que crean que la vida tiene un sentido y que reconozcan y respeten la dignidad de todos los seres.

- Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por el ser humano, en ello reside su importancia pedagógica, esta incorporación, realización, descubrimiento son tres pilares básicos de toda tarea educativa; por esto se necesita la participación de toda la comunidad educativa en forma coherente y efectiva.

- Educar en valores es un trabajo sistemático a través del cual y mediante actuaciones y prácticas en nuestra escuela se pueden desarrollar aquellos valores que están explícitos en nuestra constitución como base para cualquier tipo de educación en valores. Una vez que los alumnos interioricen los valores, éstos se convierten en guías y pautas de conducta, son asimilados libremente, permiten definir los objetivos de vida que tenemos y ayuda a aceptarnos y estimarnos como somos.

Cada uno de nosotros, como futuros profesores, somos responsables de elegir el mejor modelo educativo, teniendo en cuenta el desarrollo pleno e integral de los estudiantes. Ese es nuestro compromiso, esa es nuestra vocación, llevar luz y entendimiento, desarrollando, explotando y potenciando las habilidades, aptitudes y conocimientos de los alumnos y alumnas, una vida equilibrada entre lo cognitivo y lo valórico.

[1] Mata, M, La educación en valores al servicio de los derechos del niño, núcleo central del derecho a la educación. Temas para el Debate nº 122, enero 2005, disponible en sitio web: http://www.revistasculturales.com/articulos/99/temas-para-el-debate/244/1/la-educacion-en-valores-al-servicio-de-los-derechos-del-nino-nucleo-central-del-derecho-a-la-educacion.html



[2] Arroyo, J, La educación en y para los valores, disponible en sitio web: http://www.aplicaciones.info/blog/?p=106
[3] Vega, M, Educación y valores, disponible en sitio web: http://www.rmm.cl/index_sub.php?id_contenido=9407&id_seccion=2565&id_portal=396

lunes, 10 de diciembre de 2007

Artículo Nº 4


Educación y valores.

María Vega López.
Docente RMM Rancagua.


Disponible en:
http://www.rmm.cl/index_sub.php?id_contenido=9407&id_seccion=2565&id_portal=396

Y vaya que en el mundo de hoy los valores cada vez valen menos. Este tango es por sí mismo bastante gráfico, porque parece que los valores no importan mucho, hasta que alguien sin esos valores le atropella a uno, y entonces sí que duele.

El sistema educativo tiene entre sus finalidades proporcionar a los niños y jóvenes una formación que favorezca todos los aspectos de su desarrollo, y que no puede considerarse completa y de calidad si no incluye la conformación de un conjunto de valores que no siempre se adquieren de manera espontánea. La evolución reciente de los problemas básicos de convivencia ha ido generando la necesidad de que los ciudadanos adopten principios y desarrollen hábitos en ámbitos, hasta hace poco, ajenos a los contenidos escolares. Incursionar en el campo de la Educación y Los Valores supone encarar conflictos teóricos y prácticos que han preocupado a filósofos, pedagogos y psicólogos de todos los tiempos. El problema de los contenidos de la enseñanza es, sin duda, uno de ellos. Pero no es un problema que pueda plantearse aislado, al margen de debates respecto de la intencionalidad de la educación, de las utopías que se persiguen con su práctica o de las creencias y saberes que se vinculan con la manera de entender la adquisición del conocimiento y el desarrollo de las habilidades.

La intención de este ensayo se reduce a discutir solamente un viejo problema de la educación moral, intentando ofrecer una perspectiva nueva de análisis. Se trata de situar la discusión respecto de la neutralidad axiológica en la educación desde una mirada que considera el lugar que ocupa el conocimiento que se transmite, en el desarrollo de la personalidad moral.

Introducción

A pesar de que la familia se considera la primera responsable de la enseñanza de valores y normas en la sociedad, el centro escolar y en especial el grupo clase es uno de los núcleos de integración de valores. La interacción de los alumnos entre si y la relación profesor alumnos favorece la creación de valores y normas de grupo. La integración de valores relacionadas con la formación y la educación es sumamente importante dado que el grupo-clase es uno de los fundamentos del grupo escolar donde se inician, estabilizan y modifican los valores de los alumnos.

El profesor es un elemento activador importante para incidir en la enseñanza aprendizaje de valores y normas. Todas las personas y en especial las que se sienten inseguras en los principios que iluminan o justifican su actuación necesitan y buscan un punto de referencia para aclarar sus dudas. Si el alumno está bien integrado en la familia, ésta puede realizar funciones de referencia y de comparación, pero de ningún modo suele ser suficiente: la necesidad de socialización y la tolerancia del grupo entre iguales, difícilmente podrá suplirlas la familia u otro grupo de adultos. En la práctica el grupo de amigos íntimos actuará de forma compensatorio y de modo especial, sobre temas personales e íntimos, generalmente poco tratados en el mundo de los mayores.

El alumno, en especial a partir de la preadolescencia, tiene especial interés en conocerse a sí mismo, al mismo tiempo que los demás valoran sus intentos de búsqueda y de realización personal. La búsqueda de un margen de independencia individual, del valor de la amistad, del descubrimiento de las relaciones con compañeros del otro sexo, el rechazo a los valores tradicionales y la búsqueda de otros nuevos para mejorar y cambiar la sociedad, etc., son sólo una pequeña muestra de los múltiples intentos del largo camino ya iniciado. En dicho proceso es sumamente importante que los compañeros más íntimos valoren tanto las nuevas ideas como los hechos que le permitirán encontrar su futuro y vivir el presente.

Difícilmente, por no decir imposible, el joven puede iniciar la realización personal en solitario, ni tan sólo con la ayuda de personas mayores; solamente un grupo similar a él puede valorar positivamente los fracasos y éxitos en la búsqueda de sí mismo. En esto se fundamenta la importancia de la educación en la transmisión de los valores a través de la Escuela.



DESARROLLO

Aún cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente en filosofía, los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través de los tiempos. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en otros términos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el prestigio.
Los valores son producto de cambios y transformaciones a lo largo de la historia. Surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Por ejemplo, la virtud y la felicidad son valores; pero no podríamos enseñar a las personas del mundo actual a ser virtuosas según la concepción que tuvieron los griegos de la antigüedad. Es precisamente el significado social que se atribuye a los valores uno de los factores que influye para diferenciar los valores tradicionales, aquellos que guiaron a la sociedad en el pasado, generalmente referidos a costumbres culturales o principios religiosos, y los valores modernos, los que comparten las personas de la sociedad actual.

Este concepto abarca contenidos y significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teorías. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad (Vásquez, 1999, p. 3). Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.

”Todo valor supone la existencia de una cosa o persona que lo posee y de un sujeto que lo aprecia o descubre, pero no es ni lo uno ni lo otro. Los valores no tienen existencia real sino adherida a los objetos que lo sostienen. Antes son meras posibilidades." (Prieto Figueroa, 1984, p. 186)

La visión subjetivista considera que los valores no son reales, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes les otorgan un determinado valor, dependiendo del agrado o desagrado que producen. Desde esta perspectiva, los valores son subjetivos, dependen de la impresión personal del ser humano. La escuela neokantiana afirma que el valor es, ante todo, una idea. Se diferencia lo que es valioso de lo que no lo es dependiendo de las ideas o conceptos generales que comparten las personas. Algunos autores indican que "los valores no son el producto de la razón " (Centro de Proyección Cristiana, 1986); no tienen su origen y su fundamento en lo que nos muestran los sentidos; por lo tanto, no son concretos, no se encuentran en el mundo sensible y objetivo. Es en el pensamiento y en la mente donde los valores se aprehenden, cobran forma y significado. La escuela fenomenológica, desde una perspectiva idealista, considera que los valores son ideales y objetivos; valen independientemente de las cosas y de las estimaciones de las personas. Así, aunque todos seamos injustos, la justicia sigue teniendo valor. En cambio, los realistas afirman que los valores son reales; valores y bienes son una misma cosa. Todos los seres tienen su propio valor. En síntesis, las diversas posturas conducen a inferir dos teorías básicas acerca de los valores dependiendo de la postura del objetivismo o del subjetivismo axiológico.
La humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece la categoría o la jerarquía de los valores. Algunos de esos criterios son:

(a) Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.

(b) Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.

(c) Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.

(d) Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican.

(e) Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; todo valor conlleva un contravalor.

(f) Jerarquía: hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.

(g) Trascendencia: los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad.

(h) Dinamismo: los valores se transforman con las épocas.

(i) Aplicabilidad: los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.

(j) Complejidad: los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones. (Ibáñez, 1976)
Los valores son la columna vertebral de una convivencia sana entre seres humanos. Pero esa columna vertebral se construye con nuestros valores individuales, con nuestros valores familiares, incluso con nuestros valores regionales y nacionales, pero todo comienza con la persona. Solamente podemos esperar un cambio real en nuestras sociedades si con seriedad nos preguntamos ¿Cómo andan mis propios valores? ¿Soy confiable? ¿Soy leal? ¿Soy generoso? Pero no solo eso, también debemos hacer un ejercicio y cuestionarnos ¿Cómo afectamos a los demás cuando no vivimos con valores? Todo hombre, para ser bueno, o para mantenerse en el bien, necesita ayuda para hacer rendir esos talentos latentes que encierra. Es cierto que al final es siempre la propia libertad quien tiene la última palabra, pero sería bastante ingenuo minusvalorar la influencia enorme que tiene la formación. Por eso, educar bien a los hijos en la familia, a los alumnos en la escuela o la universidad, o cualquier otra tarea relacionada con la formación de las nuevas generaciones debería considerarse como uno de los empeños de más trascendencia y responsabilidad en cualquier sociedad que realmente piense en su futuro.
Pocos negarían que haya en la actualidad muchísimos niños en las escuelas que no aprenden tan bien como deberían hacerlo simplemente porque no tienen una idea muy clara del objeto de su existencia ni están muy seguros de que vale la pena el esfuerzo por aprender. La tarea de educar y con ello, la de educar en los valores, no queda circunscrita al ámbito escolar. Familia y sociedad son espacios sociales fuertemente comprometidos en esta responsabilidad.
Hay una primera concesión de esta amplia responsabilidad que afecta a la persona del educador. Si el educador en la escuela ha de contribuir a que el hombre se descubra a sí mismo, descubra el mundo y su profundo significado, no es indiferente el concepto de hombre y de mundo que tenga. Y más que el concepto, más que la visión intelectual, importa su actitud valorativa de los demás hombres y de su inserción en el mundo; lo que él sea y el modo, incluso, de auto conocerse, constituyen la aportación fundamental al proceso de autorrealización del alumno. Pero la educación no se reduce a la realización profesor-alumno.
En el marco de la escuela como institución se da una interacción constante entre la estructura, la organización y la metodología didáctica. Estos conllevan a juicios de valor y convierten a estos medios en vehículos decisivos de esquemas de valoración y de adhesión a determinados valores. Toda la acción educadora se encamina a provocar un proceso que viene marcado por acciones tales como optar, preferir y adherirse a un sistema de valores. La libertad —la educación de la libertad— constituye el hilo conductor. Al educador se le plantea de nuevo responsabilidades insoslayables ante la vivencia de los valores desde el "nosotros".
Crear un orden de valores que permita reconocer el rostro del hombre es una importante propuesta de "humanidad" que exige de la acción educativa un serio compromiso con la historia que también nosotros, educadores, construimos. La importancia de la educación de los valores plantea la urgencia de encontrar medios adecuados para llevar adelante este objetivo fundamental del quehacer educativo, el proceso por el que un fenómeno o valor va integrándose progresiva y definitivamente en la vida del individuo.
La Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza (LOCE) explicita que “la Educación debe orientarse, entre otras finalidades, a la formación del carácter en términos de actitudes y valores, preparar a los alumnos y alumnas para insertarse, adaptarse y contribuir a los cambios significativos e importantes en la sociedad.” (Aldea, 1999)
Los Objetivos Fundamentales Transversales, propuestos por la actual Reforma Educacional, hacen referencia a las finalidades generales de la educación, a los conocimientos, habilidades, actitudes, valores y comportamientos que se espera que los estudiantes desarrollen en el plano personal, intelectual, moral y social. Para cumplir el objetivo es necesario tener formadores en educación en valores, es decir, dar a los docentes los recursos necesarios para atender el desarrollo moral de los educandos. La educación requiere el compromiso moral de sus actores, los profesores. El sistema educativo, cualquiera sea su realidad está sometido constantemente a múltiples estímulos externos, alejados en muchos casos de lo que espera la educación, formar una persona que sea capaz de dirigir su propia vida, basada en la internalización de ciertos valores mínimos, como la libertad, justicia, solidaridad, tolerancia, respeto, que le permitan actuar de manera autónoma e insertarse positivamente en la sociedad. Un modelo de educación en valores mínimos permite desarrollar las dimensiones de los educandos, haciendo posible que éstos puedan vivir en sociedades donde existen las opciones de máximos valóricos. Los valores son una realidad personal. Cada alumno y alumna debe reflexionar y discernir aquellos valores que desea hacer propios, mediante un proceso eminentemente personal por lo que se requiere una educación donde el profesorado adquiera un compromiso social y ético, que colabore con los alumnos y alumnas para facilitarles el desarrollo y formación de capacidades que intervienen en el juicio y acción moral, facilitando la formación de actitudes, integración, aplicación y valoración crítica de las normas que rigen en una sociedad. Un profesorado que cambie su rol de docente instructor y transmisor de conocimientos, por el fomento y la construcción de valores en sus alumnos y alumnas. La educación de una persona debe tratar todos los aspectos y dimensiones que conforman al ser humano, de manera integral, por tanto, los valores forman parte de la educación.
La escuela es un agente socializador y reproductor de valores presentes en las sociedades y que debe destinar un espacio para la educación en valores (Lucini, 1997). Los valores deben estar definidos en el PEI (Proyecto Educativo Institucional), con los cuales la institución se identifica y plantea desarrollarlos. Más concretamente los valores se hacen presentes en el aula mediante los temas transversales, estos temas transversales van a responder a realidades o necesidades que tienen una muy especial relevancia para la vida de las personas y la construcción de la sociedad, los temas transversales es una propuesta curricular concreta.
En el diseño curricular, la educación en valores se encuentra en los objetivos de enseñanza generales, “esta educación es abierta y flexible” (Cornejo, 1996), es abierta porque cada profesor la define. Los valores también se muestran en los contenidos actitudinales por ello se encuentran en cada sesión de aprendizaje de cada subsector. Los temas transversales entran de lleno en la educación en valores, hablar de temas transversales es hablar de valores que van a responder a problemas en el ámbito social y que requieren de una respuesta educativa. Los responsables de las instituciones educativas, los docentes, no pueden sino ejercer la crítica abierta y sincera sobre ellos mismos y las instituciones de las que forman parte y este es un proceso compartido y participativo: creamos nuevo conocimiento incorporando la valiosa información que aportan los valores que vivimos dentro de nuestras instituciones: valores de los alumnos, de los profesores, de los grupos de trabajo, valores institucionales y organizativos. El alumno puede salir entrenado para ejercer la crítica con fundamento y para optar libre y responsablemente por aquellos valores que son los puntales de un desarrollo personal integrado y comprometido.
En la práctica tengo que agregar que el trabajo en grupos heterogéneos a través del aprendizaje dialógico, colaborativo y cooperativo (Enseñanza Recíproca) me ha permitido fomentar una interacción entre los alumnos que se refleja en una mayor solidaridad y compromiso para con sí mismo y con sus pares en el aprendizaje y en el cultivo de valores.
Lo fundamental ha sido profundizar en el enfoque actitudinal y valórico del proceso de aprendizaje constructivista que es clave para la formación de las personas. Tengo un refugio: el lado humano de mi profesión. Estoy convencida que “la profesión de maestro es un ejercicio de valoración humana, de ternura y comprensión.”(Chamorro, 1997) Allí encuentro una razón fundamental de nuestro trabajo, en un mundo que cada vez reconoce menos nuestra tarea silenciosa. Probablemente esa sea la mejor forma de darle cara al futuro con nuestras propias y mejores armas.
CONCLUSIONES
La educación en valores es una instancia de reflexión, de crecimiento personal que facilita la incorporación de alumnos y alumnas, inicialmente, a un sistema educativo que les permita desarrollarse en un plano de equidad y, posteriormente, a una sociedad donde puedan realizarse como personas, únicas y responsables de su propia vida. Es sencillamente educar moralmente porque los valores enseñan al individuo a comportarse como persona, a establecer jerarquías entre las cosas, a través de ellos llegan a la convicción de que algo importa o no importa, tiene por objetivo lograr nuevas formas de entender la vida, de construir la historia personal y colectiva, también se promueve el respeto a todos los valores y opciones. Educar en valores es también educar al alumnado para que se oriente y sepa el valor real de las cosas; que crean que la vida tiene un sentido y que reconozcan y respeten la dignidad de todos los seres. Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por el ser humano, en ello reside su importancia pedagógica, esta incorporación, realización, descubrimiento son tres pilares básicos de toda tarea educativa; por esto se necesita la participación de toda la comunidad educativa en forma coherente y efectiva. Educar en valores es un trabajo sistemático a través del cual y mediante actuaciones y prácticas en nuestra escuela se pueden desarrollar aquellos valores que están explícitos en nuestra constitución como base para cualquier tipo de educación en valores. Una vez que los alumnos interioricen los valores, éstos se convierten en guías y pautas de conducta, son asimilados libremente, permiten definir los objetivos de vida que tenemos y ayuda a aceptarnos y estimarnos como somos.
El hombre no se desarrolla sin su entorno. En el compromiso con la mejora y potenciación de los grupos y de las organizaciones de las que formamos parte, está comprometido nuestro propio desarrollo. Recordamos aquí a José Antonio Marina quien, en uno de sus últimos trabajos sobre la inteligencia, nos habla de la inteligencia compartida: “nuestra inteligencia personal se potencia, avanza, cuando formamos parte del grupo inteligente”. Potenciar los grupos a partir del trabajo complementario en colaboración es hacerlos más eficaces, aumentando su sinergia interna y su proyección futura. (Marina, 1995)

BIBLIOGRAFÍA

Aldea López, Eliana1999, Estrategias Educativas para trabajar en Valores.
Centro de Proyección Cristiana. Primera edición1986. Educación en Valores. Lima,

Chamorro, Fernando.1997. Educación en Valores como sustento de la Democracia. . Informe sobre Desarrollo Humano. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.

Cornejo, Miguel Ángel, 1996 CÓMO EDUCAR EN VALORES: MATERIALES, TEXTOS, RECURSOS Y TÉCNICAS Madrid, Narcea Sociedad Anónima de Ediciones. Tercera edición

Ibáñez R, Marín. (1976). Valores, objetivos y actitudes en educación. Valladolid: Miñón.

Lucini, Fernando, 1997 La educación de valores y virtudes en la escuela: teoría y práctica, México D. F. Editorial Trillas. Segunda edición.
Marina, José Antonio. 1995. Teoría de la inteligencia creadora.

Prieto Figueroa, L. B. (1984). Principios generales de la educación. Caracas: Monte Ávila.

Vásquez, E. (1999). Reflexiones sobre el valor (I). Suplemento Cultural de Últimas Noticias.

VARIOS AUTORES. INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN 1998 México D. F, Editorial Trillas. Tercera reimpresión edición

Web:

CRISTI, Cou "Valores humanos"http://www.monografias.com/trabajos15/valores-humanos/valores-humanos.shtml



Comentarios al artículo: Educación y valores.

Jorge Pulgar V.

Al comenzar el comentario a este cuarto y último artículo, quiero mencionar palabras a manera de despedida del proceso de formación profesional en pre grado. Ya hemos llegado al fin de una etapa y al comienzo de otra, el proceso de titulación que se ve y que se siente cercano, distante unos meses de este momento. Han sido cuatro años, maravillosos y plenos, cuatro años que nos dejan a las puertas de un futuro desenvolvimiento profesional, llevando a nuestros alumnos y alumnas las herramientas que permitan que ellos desarrollen sus capacidades, habilidades y potencialidades para que vivan su vida plenamente y puedan contribuir a hacer de nuestro mundo un lugar mucho mejor para vivir.

En principio, nuestro desempeño estará orientado a las escuelas rurales, y al menos ese es mi sueño, trabajar en una escuela y una comunidad rural, pues considero que ahí aún se vive la vida con cariño, con respeto y con apego a valores importantes.

Hago un recuento de estos años universitarios y recuerdo una frase que se me ha quedado grabada: “educar es crear lazos”, y eso es algo que hemos experimentado en la Universidad con nuestros profesores y compañeros (as), y espero que lo vivamos cuando estemos en un aula con nuevas generaciones de estudiantes, eso sí, nosotros a cargo.

Yo sé que algunos podrán decir que en la Universidad hay muchas cosas que no se enseñan, pero debemos reconocer que hay muchas otras que se viven y que se experimentan, los valores, algunos tan importantes como el respeto, la honradez, la sinceridad, la verdad, el compañerismo, la amistad y el amor. Eso es muy importante y sólo se vive aquí, en la Sede de San Felipe como en ningún otro lado.

Eso es lo que debemos aprender a promover en nuestros futuros estudiantes, más que conocimientos y contenidos que pueden ser aprendidos con mayor facilidad, los valores, algo tan necesario en nuestros días, en una sociedad tan influenciada por los medios masivos de comunicación y las modas. Tenemos muchas formas de entender la educación, como por ejemplo: “Toda educación se mueve en el binomio información-formación. La información nos proporciona los conocimientos necesarios para manejarnos en la sociedad y conseguir una capacitación profesional que permita el desarrollo personal en el trabajo. Uno de los fines del sistema educativo es formar administrativos, chóferes, médicos, informáticos, químicos, etc”[1]. Lo que también puede ser complementado por la siguiente visión: “La educación conduce a la formación de un hombre más maduro, más completo y más coherente. El hombre es maduro cuando alcanza un buen equilibrio personal entre sus facultades intelectuales, su cuerpo y sus relaciones sociales. Es completo cuando sabe integrar diversas vertientes adecuadamente y es coherente cuando establece una armonía ente las ideas y la conducta, entre la teoría y la práctica. El hombre formado es más humano y más espiritual, más dueño de sí mismo”.[2]

Para Ricardo Ardiles[3], la formación integral de las nuevas generaciones de niños y jóvenes propios de nuestra sociedad sólo se puede lograr sobre la base de una estrategia teórica que posibilite un enfoque realista, la formación de valores es un proceso sistémico profundo. El profesor como representante de la sociedad debe dirigir las acciones del Proceso Docente Educativo hacia el fin propuesto, para ello necesita una orientación en el contenido especifico de esta actividad y en la metodología para su aplicación partiendo de que la educación en valores es la aspiración más trascendente que necesitamos lograr en los estudiantes, él mismo por su parte debe estar motivado, es decir, estar preparado para la selección del problema en forma activa, consciente y creadora.

Pero poco es lo que se puede hacer si comenzamos criticando negativamente el actual sistema educacional, sobretodo en los vacíos que existen a la hora de abordar la formación en valores, algo que todos sabemos e imaginamos. Es por ello que se hace necesario tomar una posición crítica y constructiva al respecto, con la intención de contribuir a mejorar la calidad de educación de nuestros estudiantes, preguntándonos cómo es que lo estamos haciendo nosotros o qué es lo que haremos cuando nos toque estar del otro lado, es decir, asumiendo el rol de profesor frente a un curso.

Mucho se ha hablado de qué significa educar o en qué consiste el proceso de enseñanza- aprendizaje, inclinándose algunos por darle más importancia a la adquisición de los contenidos y conocimientos, mientras que otros apuestan por una educación más inclusiva, orientando su quehacer, junto con la adquisición de contenidos, a una formación en valores, en un clima cálido y afectivo, apto para desenvolverse en confianza y tranquilidad.

Aprender conlleva en el propio acto, encontrarle sentido a lo que se debe aprender. Encontrarle sentido implica necesariamente que debo darle un significado especial a los contenidos asociándolos a la propia experiencia para que se transforme en un aprendizaje significativo, mezcla de emotividad y valores… Es en este aspecto que el aprendizaje de los contenidos debe ir necesariamente ligado con lo que es el niño, fruto de su historia como persona, en todos sus ámbitos: familiar, social y cultural, sus valores, para que se dé cuenta de la necesidad de aprender y de lo que significa para su vida estar mejor preparado. Es así que el proceso de enseñanza- aprendizaje alcanza el éxito.


[1] Disponible en: http://www.aplicaciones.info/articu/arti69u.htm

[2] Ibid.

[3] Diario Austral Osormo 9 de Julio 2007, disponible en: http://www.bloquesocial.cl/node/293

viernes, 30 de noviembre de 2007

La educación en igualdad


EDUCACION PARA LA IGUALDAD.
Josefa Martín Luengo.
Colectivo Paideia.
Mérida (Badajoz) España.

Educar para un mundo sin poderes ni jerarquías, para un mundo en donde cada persona pueda ser ella misma y construir su historia personal en busca de la mayor felicidad posible, para sí misma y para su mundo; requiere ayudar a generar mentes carentes de prejuicios, de estereotipos, de dependencias. libres del principio de autoridad; es decir, un nuevo tipo de persona, que siendo ella misma la protagonista de su vida contribuya junto con otras a generar un mundo de igualdad.

En la base de la desigualdad, la discriminación y la jerarquía, se encuentra el androcentrismo que supone la división del mundo en dos clases muy bien estructuradas: la masculina de dominio, la femenina de sumisión. Esta básica estructura mental genera sin brusquedades un mundo piramidal en donde autoridades y poderes ejercen sus acciones sobre la otra parte de las sociedades, que aceptan su sometimiento y muestran su admiración, por esas cúpulas dirigentes y superiores que imposibilitan un mundo de igualdad.

Las luchas contra los poderes estatales o económicos, científicos, políticos o ideológicos, son confrontaciones superficiales que consisten en quitar un poder para imponer otro, pero en ningún caso destruirlos. Las revoluciones habidas en la historia, en su gran mayoría, no son más que confrontaciones que tratan de sustituir unos dominantes por otros, pero y la historia lo demuestra, nunca han conseguido eliminar la pirámide de poder, porque en sus intencionalidades no ha estado nunca este ambicioso proyecto.

Únicamente el anarquismo, como utopía posible se ha planteado el cambio social por medio del establecimiento de la igualdad y la solidaridad; pero aún ell@s han profundizado poco en la práctica de este ambicioso deseo.

El androcentrismo, como “punto de vista central” de lo humano centrado en los valores propios de la virilidad, presupone la base de la desigualdad reinante en el mundo.

El hombre, considerado como el protagonista de la historia, ha ido, a lo largo del tiempo, creando sin discusión la idea de que es él el “arquetipo” que sirve de referencia al mundo; y así, “su historia”, “su arte”, “su ciencia”,”su filosofía”, “su pensamiento” y “su poder”, se hacen incuestionables, generalizados y universales e inconscientemente se van introyectando en las cabezas de hombres y mujeres de diferentes épocas y lugares.

La hegemonía que el hombre viene ejerciendo a lo largo del tiempo, es evidente; de ahí que sea así mismo evidente su ostentación de los poderes.

El mundo dividido en dos grupos humanos trascendentales: hombres y mujeres, se guían por “ese grupo de hombres blancos, cultos, de una determinada edad y con deseos expansionistas” (Amparo Moreno, ”El arquetipo viril protagonista de la historia”, Ed. Horas y Horas. Barcelona-1986-1987) que son quienes establecen un pensamiento generalizado, aceptado y poco discutido, de que son ellos quienes manejan el mundo y lo han convertido en el caos que hoy es.

Generar un cambio sustancial de esta realidad hacia estructuras de igualdad, pasa inequívocamente por educar sin la referencia androcéntrica, poniendo en su lugar la igualdad en la diversidad y las diferencias, con lo que inmediatamente eliminaremos el principio de autoridad de base, que hoy se establece por medio de esta concepción universal.

En lugar de aprender a ser niñas y a ser niños, debemos aprender a ser personas con los mismos derechos naturales, las mismas posibilidades y las innumerables diferencias interpersonales; y para ello , las generaciones adultas debemos desconstruirnos al tiempo que facilitamos una estructura mental con base de igualdad en lugar de con base de autoridad.

Las criaturas pequeñas son enormemente vulnerables a los roles de imitación que ofrecemos las mujeres y los hombres, muy concretizadas en las figuras parentales, que son quienes introyectan incosncientemente los estereotipos de género, la superioridad masculina y la inferioridad femenina; preparando de esta manera sus mentes para asumir y realizar una vida igual a la de sus progenitores y educador@s, ya que est@s son sus referencias de identificación, de seguridad y de aceptación.

Con ello, estos estereotipos de gènero, se ven reforzados por los elementos que ejercen de educadores indirectos; grupo social, medios de comunicación, información reglada, libros de texto y sobre todo un lenguaje sexista que de una forma espontánea, continuada y natural configura un determinado pensamiento que es el que se genera a través de las palabras que son portadoras de conceptos y predeterminan una concreta ideología, una determinada manera de ver y concebir el mundo: la manera-pensamiento que los poderes androcentricos necesitan crear para poder mantener su continuidad hegemónica.

Una escuela libre de pensamiento anarquista debe hacer un gran hincapié en este aspecto fundamental de la discriminación humana a fin de facilitar la construcción de mentes con un pensamiento distinto que sean capaces de ver, interpretar y actuar en el mundo bajo un principio de igualdad personal y así, posteriormente generar una mayor igualdad social.

Esta sociedad, de predominio masculino, realiza un gran esfuerzo en mantener la diferencia genérica y la educación es su vehículo más efectivo, porque a través de ella predetermina las mentes a aceptar y mantener sin ningún tipo de crítica, lo establecido, porque sus mecanismos de presión son muy fuertes y únicamente las mentes muy preparadas y muy libres pueden combatir con éxito contra ellos.

Aprender a ser niño, chico, joven u hombre, presupone responder a un marcado estereotipo de fuerza, autoridad, violencia, dominio y trabajo social, al que si no se responde se castiga con la duda de la virilidad y la angustia que esto genera. Definir su sexo pasa por responder a estos rasgos de género, unificando así machismo y hombría de tal manera que los chicos encuentran serias dificultades es romper estas manifestaciones personales, porque si adquieren y manifiestan otras se pone en duda su masculinidad, su virilidad su ser hombres y la presión social les impide desarrollarse como personas, porque deben inhibir sus otras capacidades, actitudes y rasgos personales, para responder inexorablemente a estos otros, evitando de esta manera la angustia de la duda de su identidad sexual.

Aprender a ser niña, pasa por un proceso pasivo frente al de los chicos que es activo, ellos “deben ser así”, ellas “ no deben ser así”, es decir no pueden manifestar ninguno de estos rasgos considerados masculinos y por ello, la educación que se les impone es fundamentalmente represiva e inhibitoria, lo que les genera personalidades débiles socialmente, inseguras, dependientes, pasivas y eminentemente frustradas.La natural actividad de una niña, desde su nacimiento es controlada, sus formas de actuación muy cuidadas, las normas muy rígidas, el espacio muy mediatizado y el lenguaje personal eliminado.

De esta manera su manera de ser y ver el mundo es diferente al del masculino, ya que van poco a poco ocupando el lugar de la resignación, del sacrificio, del servicio, del silencio, de la objetividad estética, de protagonistas del deseo sexual masculino, de la incomunicación y de la sumisión frente a las figuras representativas de la autoridad.
Si se manifiestan según su naturaleza, son castigadas con el rechazo familiar, social y educativo, poniendo en entredicho su feminidad, sintiéndose únicamente “valoradas” si son elegidas y estimadas por los varones, que son quienes ostentan el rol de superioridad y de autoridad.

Si tenemos en cuenta que desde el nacimiento el trato adulto que se da a chicos y chicas es marcadamente diferente, nos podemos explicar sin dificultades el extraordinario éxito que tienen la introyección de los estereotipos de género, que, así mismo, constituyen la base de la desigualdad humana y, posiblemente todos nuestros males actuales y pasados.

Uno de los aspectos primarios que actúa sobre esta discriminación genérica, lo constituye el uso y dominio del espacio; desde sus inicios, a los chicos se les estimula para que se desenvuelvan en grandes espacios, que los dominen con amplitud y su constante actividad se les potencia desde su nacimiento; ello les va a estructurar y capacitar para el dominio, la acción, y el conocimiento de un entorno que deben tempranamente utilizar sin miedos ni limitaciones.

Mientras que a las chicas, desde el principio el espacio se les limita, la actividad se les inhibe y generalmente se las deja desenvolverse en un territorio estrecho, concreto y determinado. La actividad y el conocimiento del entorno se les coartan, a fin de que se vayan acostumbrando a sentirse bien en zonas pequeñas y sientan temor ante espacios desconocidos y nuevos.

De esta manera al chico se le prepara para dominar el mundo y el espacio exterior y a la chica para sentirse segura en el recinto doméstico; estableciendo de esta manera la base primigenia de la discriminación de género: los hombres hacia el mundo, las mujeres hacia la casa.

Educar para la igualdad, pasa por destruir este desenvolvimiento espacial, consiguiendo que ambos puedan usar de la misma manera TODO el espacio posible; pero para ello, es preciso inhibir el dominio indiscriminado que de él hacen los varones y estimular a las niñas a usarlo con éxito. Y ello , debe comenzar desde el mismo momento del nacimiento, y si en las familias no se hace, y ciertamente no se hace, porque se proyectan los roles parentales, sí debe hacerse en la escuela, que aunque no consiga una estructuración mental completa, al menos puede alcanzar actitudes intermedias de avance y progreso.

Evidente, que poco podemos actuar ante la imitación parental, porque los padres y las madres ponen en funcionamiento su propia concepción estructura de los estereotipos, pero evidentemente por medio de introyectar nuevas experiencias en sus mentes, padres y madres, pueden ir variando y flexibilizando “algo” sus propias limitaciones ante las formas y demandas de sus criaturas.

Otro aspecto importante a trabajar desde las primeras edades, es el trabajo doméstico, que invita con su práctica a asumirlo a ambos géneros en un clima de igualdad, aunque es importante destacar, que los chicos, por la asunción prematura de su estatus de privilegio, se oponen con más fuerza que las chicas a actuar en este campo con una percepción de igualdad, pero indudablemente estas experiencias van creando nuevos datos en sus mentes y por ello un a construcción personal más igualitaria. Aunque no debemos olvidar que la identificación con las figuras parentales y su imitación, impone amplias trabas a este aspecto educacional, ya que presupone la lucha entre un rol privilegiado y un rol de igualdad, sin perder de vista que las criaturas a estas edades son muy egocéntricas y tienden a su comodidad más que a una proyección de futuro de la cual, todavía, no tienen capacidad de comprender.

En este campo, con las chicas, se debe actuar de forma diferente, ya que ellas, normalmente y por la referencia de sus madres, presentan menos dificultad a la hora de realizar estas tareas, por lo que se les debe hacer caer en la cuenta de que la justicia en el trabajo, pasa por demandar a sus compañeros varones la parte que les corresponde, en lugar de tomar la iniciativa y realizar las tareas que no les pertenecen a ellas sino a ellos. Pero, generalmente, las chicas suelen dar una respuesta más colaborativa en este aspecto, ya que son ellas quienes padecen la injusticia de un trabajo que no les corresponde.

Es fácilmente comprensible esta actitud, ya que generalmente el privilegio se defiende, pero la ausencia de él, invita a reclamar la justicia, pero la resolución del conflicto no es tan fácil, ya que los muchachos persisten en sus actitudes de una manera muy constante y las chicas, al desarrollar mayor sentido de la responsabilidad, en ocasiones se cansan de demandarles su parte en el trabajo, lo cual retrasa el establecimiento de la igualdad.

Un aspecto de trascendental importancia es el uso del lenguaje no-sexista, ya que él configura un pensamiento y al reivindicar constantemente su uso, debilita la preponderancia masculina y evidencia la participación de las chicas en la vida diaria.

No podemos olvidar que “ lo que no se nombra no existe o existe de otra manera “(García Calvo) y si se utiliza el masculino genérico, la presencia de las mujeres no se encuentra en ningún momento en la vida cotidiana, lo que les hace potenciar el androcentrismo y fomentar su sentimiento de inferioridad así como de no coparticipantes en el proceso histórico ya que si no se las nombra no existen y de existir lo hacen de manera “diferente” a la de los pertenecientes al género masculino.

Por otro lado, el lenguaje, a darle protagonista a las mujeres, les va a ir estableciendo una diferente manera de ver el mundo, ya que ellas al hablar e identificarse con lo que se habla, no se van a sentir excluidas, sino protagonistas de la misma manera que los chicos lo vienen siendo y sintiendo desde siempre.

Es curioso apreciar como si en un colectivo mixto se habla en masculino, suele no haber ninguna voz que se alce contra ese lenguaje sexista; las chicas pueden callar y aceptar sin paliativos el dominio androcéntrico, pero si en algún momento en un colectivo mixto se habla en femenino, siempre los chicos alzaran sus voces para reclamar su presencia y su género. Esto nos indica hasta que punto el hombre se siente protagonista de la historia y las mujeres no, evidencian que en ningún momento están dispuestos a renunciar a su protagonismo como consecuencia de la fuerza que tiene su rol de género, mientras que las chicas, como con muchísima frecuencia tienen que padecer esta exclusión, la hacen con facilidad aceptable y les cuesta demandar su presencia y la justicia de su coparticipación o protagonismo.

Por ello, hay que estar constantemente pendiente del uso del lenguaje y tratar de incluir el masculino y el femenino siempre que se hable de y para grupos mixtos, porque a los chicos les ayuda a reconocer y a aceptar la presencia femenina y a las chicas a implicarse como sujetos presenciales y activos de cualquier situación.

Debemos tener muy presente, que “el androcentrismo de los lingüistas es aún más pernicioso que el de los poetas o dramaturgos, pues se oculta bajo la apariencia de cientifismo. Se pretende esgrimir como argumentos irrebatibles lo que son opiniones, impresiones o prejuicios” (Irene Lozano Domingo. ”Lenguaje femenino, Lenguaje masculino”.Ed. Minerva. Madrid-1995)o estereotipos introyectados inconscientemente por medio de una educación impuesta por los poderes masculinos. De ahí que el que las mujeres aprendan a expresarse en femenino es tan importante, ya que adquieren presencia real y protagonismo histórico y hay que intentar destruir el masculino genérico, que lo único que pretende es perpetuar el sistema patriarcal y conseguir que las mujeres se sientan personas de segunda categoría al tiempo que aceptan, transmiten y perpetúan el domino masculino.

La educación tiene mucho que hacer en este aspecto, porque el sentimiento inalienable de la igualdad de las personas, se transmite por medio del aprendizaje de la lengua porque ella es la que va a dar nombre a lo que existe y por ello una base conceptual diametralmente distinta a la actual, porque si vivenciamos otro tipo de cultura, evidentemente ayudaremos a estructurar otro concepto genérico que se asiente en la igualdad con sus diferencias, eliminando esa estructura de dominantes sometidas sobra la que se basa la jerarquía de poder.

La educación en la igualdad y para la igualdad debe centrar su atención en eliminar al máximo los estereotipos de género transmitidos por la cultura patriarcal, y para ello, se debe enseñar a SER PERSONA, en lugar de enseñar a “ser niño” o a “ser niña”, ya que cualquier persona tiene el derecho de ser ella misma y no ser constreñida por corsés culturales que mutilan una parte importante de su esencia humana; haciendo de este mundo un caos de confrontación, discriminación, violencia, racismo y clasificación a todos los niveles.

Educar en y para la igualdad, supone el principio insustituible del uso y práctica de la libertad, ya que si aquella no existe, es imposible que se pueda evidenciar un mínimo de libre pensamiento, libre decisión, libre relación y libre agrupamiento.

Es por ello, que la educación no sexista es un objetivo primordial de la escuela de la anarquía, de la escuela de la libertad; ya que si no nos sentimos libres para ser como queremos ser, pensar como deseamos pensar,la posibilidad de vivir y actuar para un mundo más justo y menos violento; resultará imposible, y si no, ahí esta la Historia de la humanidad para evidenciarlo.

Si hablamos con igualdad, nos constituimos como identidades únicas; si aprendemos a actuar sin responder a roles estereotipados, tenemos la oportunidad de alterar el orden establecido y así tenemos la oportunidad de poner en práctica la creatividad que potencia una nueva y diferente concepción y realización de sociedades desprovistas de: Cúpulas de poder, discriminaciones por razón de raza, sexo, creencias, edad; eliminado, por lo tanto, los deseos expansionistas y de dominio que tanto han caracterizado y caracterizan a las esructuras sociales, políticas y económicas existentes en el pasado y en el presente.

En la práctica educativa, además del lenguaje como objetivo fundamental, se encuentran otros necesarios para la consecución de mentes concebidas en igualdad, como son: La realización del trabajo, ya que la división del trabajo en doméstico o privado(para las mujeres) y social o público (para los hombres), supone el ejercicio práctico y cotidiano de la discriminación por razón de género, consiguiendo que todas las tareas que se han de realizar, supongan la misma responsabilidad para chicas y chicos, evitando cualquier acto de condescendencia por parte de las chicas y de demanda de privilegio, por parte de los muchachos.

La igualdad en el reparto de las tareas, la responsabilidad de asumirlas sin diferencias, excepto las personales, conlleva al establecimiento de la justicia laboral y a destruir la idea tan aceptada de que las mujeres deben realizar su esfuerzo en el ámbito de lo privado, que supone servicio hacia l@s demás, no-remuneración, incomunicación y por ello, la creencia que su sexo y su género está preparado para estas tareas y no para otras de más envergadura, las cuales se encuentran destinadas a los hombres; generando así sentimientos de inferioridad-superioridad y todo lo que ello conlleva.

Niños y niñas deben asumir desde que nacen la responsabilidad de realizar por igual, todo tipo de trabajo, estableciendo la igualdad entre trabajo manual e intelectual, con el fin de eliminar o al menos disminuir el establecimiento social de las clases por cuestiones laborales, yendo en contra de: trabajadores o trabajadoras manuales distintos de trabajadores o trabajadoras intelectuales, para est@s últimos el poder de la cultura y por ello el engrosamiento de la clase dirigente, para l@s primer@s, su incorporación a las clases más deprimidas es diferentes escalas: clase media, clase trabajadora y desemplead@s; reforzando la estructura de poder creada.

Cuando, desde el campo educativo, abordamos el trabajo, nos encontramos con otros aspectos sobre los que debemos incidir; uno de los más importantes es el de la autonomía; ya que, al eliminar de los varones la responsabilidad de su cuidado, su alimentación y su higiene, estos construyen una mente dependiente de las mujeres, que les limita en el campo de la independencia, de la adquisición de habilidades, de la toma de decisiones personales, al tiempo que les genera agresividad contra ellas por el acúmulo constante de frustraciones que padecen en la limitación de su natural desarrollo; lo cual producirá a largo plazo una hostilidad hacia el otro género que se evidenciará en el maltrato doméstico y en la violencia indiscriminada, por un fuerte sentimiento de temor hacia ellas, rodeado de manifestaciones neuróticas.

Así, cuando lleguen a mantener una relación de pareja, la natural dependencia amorosa, se convertirá en dependencia afectiva; la cual cargada de inseguridades, miedos y frustraciones, impedirán una relación satisfactoria, equilibrada y feliz, siendo esta sustituida por una relación de poder, de confrontación constante y de defensa y mantenimiento de los estereotipos de género introyectados desde la infancia y que en la edad adulta se manifiestan con una amplia beligerancia que está ocasionando una amplia alarma social y que nos hace consumir las energías en estas luchas de base, mientras desatendemos, obviamos y carecemos de fuerzas para combatir la realidad social que nos asola.

Las dificultades con las que nos encontramos en este y otros aspectos de la educación no-sexista, se encuentran en la familia, la cual es prioritariamente adiestradora de los estereotipos de género, ya que ambos, niños y niñas, imitan espontáneamente las figuras parentales, muy mediatizantes a la hora de estructurar una mente libre de prejuicios, ya que son figuras de referencia para ellos y ellas, al tiempo que sustentan, mantienen y evolucionan relaciones afectivas que proporcionan seguridad, aceptación y amor.rasgos estos, que le son imprescindibles a la infancia para su desarrollo por una necesidad primaria que requieren y precisan en edades prematuras. Con lo que, en la educación en y para la igualdad, los chicos y las chicas tienen que soportar una fuerte ambivalencia; la de responder a una vivencia igualitaria que se expresa en la escuela, frente a la imitación de las figuras parentales o la crítica hacia ellas, creándoles estas últimas inseguridad y miedo al rechazo.

En una educación racional, como es la de la escuela Paideia, niños y niñas comprenden lógicamente la relación de igualdad, pero detestan tener que poner en tela de juicio a su padre y a su madre, con lo que se les crea un conflicto, al tiempo que genera en la vivencia diaria, procesos de avances y retrocesos; los cuales, puede que sean superados en una edad más madura cuando alcancen una autonomía e indepencias mayores.

Otra característica importante en la educación igualitaria es la sexualidad, ya que esta introyecta de una manera muy rígida los estereotipos sociales.ya sabemos, que la libertad sexual o su represión son un elemento clave a la hora de generar mentes libres, porque la energía que se precisa para reprimir un instinto natural es excesivamente fuerte como para determinar un desarrollo personal evolutivo y maduro.

En este campo es donde más claramente se detecta la introyección del principio de autoridad, ya que la negación de una sexualidad libre y espontánea a lo largo de las edades evolutivas, supone el sometimiento a la autoridad parental o educativa, y por ello la aceptación de todo un sistema jerárquico de poder y sometimiento.

Hay que tener muy presente que el estereotipo masculino se fija y mantiene preferentemente por la respuesta positiva o negativa que se da al concepto de masculinidad; ya que se identifica masculinidad con machismo, y es en este aspecto en donde género y sexo se identifican, generando la idea de que si no se responde al rol de género-esencialmente cultural, se pone en entredicho la identidad sexual, lo cual, sobre todo en la pubertad y adolescencia les proporciona una gran inseguridad y temor.

La educación afectivo sexual es un medio que ayuda en este campo, pero la relación diaria en los conflictos cotidianos que se presentan, son imprescindibles para ayudar a eliminar estos temores.
Análisis de la realidad, trabajo afectivo sexual y actuación sobre las actitudes cotidianas, son los elementos claves para disminuir las limitaciones que los estereotipos sexuales imponen a la igualdad.

Ello conlleva a criticar, analizar y reflexionar sobre el deporte en los chicos, y la limitación de los espacios en las chicas. Deporte y violencia aceptada, son elementos primordiales para indicarle a los muchachos que deben manifestarse de forma competitiva, violenta e insolidaria; presupone los infravalores de la guerra y la competitividad económica; mientras que el rechazo que las chicas hacen de él, indica el tratamiento social que se hace de esta actividad, en donde sus protagonistas son casi siempre masculinos imitadores de lo que los mas media les proporcionan; las chicas, simplemente, no aparecen o si lo hacen, suelen ser en deportes menos reconocidos. , y en una proporción mucho menor que la que se hace de los hombres.

Hoy día, los arquetipos de imitación de la gente menor masculina, suelen ser los futbolistas para todas las clases sociales y los financieros para las clases más acomodadas. Fuerza bruta y dinero son ideales que esta sociedad propone a las nuevas generaciones masculinas.

Las mujeres, a pesar de su enorme auge actual, siguen en la oscuridad, en el silencio y en el ámbito de la estética física y de la objetivación sexual. Sus arquetipos son mujeres objetos que muestran éxito social por sus cuerpos, pero escasamente por sus mentes, sus creaciones, sus aportaciones científicas o por cualquier otra cualidad considerada exitosa en esta sociedad.

Los medios de información, siguen mostrando a una mujer tonta, madre o esposa, pero no persona que revierte sus valores, hechos y actos para evolucionar el mundo. Se las sigue tratando como ciudadanas de segunda clase, débiles, dependientes, inmaduras y sumisas. Por lo que a la hora de educarlas en la igualdad, debemos romper estas imágenes que constantemente las martillean, para hacerlas comprender sus capacidades y sobre todo, no dejarse coaccionar por las presiones familiares y sociales, las cuales les piden que sigan respondiendo a los estereotipos de sus madres y abuelas; en definitiva fieles al rol que el género masculino y la sociedad patriarcal les demanda.

En la vivencia diaria en la escuela las relaciones cambian, pero al tiempo, también se ponen de manifiesto el adiestramiento al cual se somete a ambos géneros, lo cual lleva a que en la relación escolar vivan y actúen de una manera y en el entorno familiar y social de otra, porque sus edades vulnerables se encuentran mediatizadas por las relaciones afectivas de aceptación –rechazo, y por ello, para evitar el rechazo en ocasiones actúan de una manera y en otras de forma diferente; pero nunca igual, por los datos, vivencias y experiencias que tienen, que el resto educado bajo los principios de la discriminación, la desigualdad y la limitación de la libertad.

La diferencia entre la familia, la sociedad y la escuela, estriba, fundamentalmente, en que en la escuela son aceptadas sus formas de actuación, por lo que se pueden mostrar mucho más espontáneamente que en otros sectores sociales, creando ahí la ventaja de ser en la escuela en donde su equilibrio personal y emocional se muestra con más facilidad, mientras que no sucede lo mismo en otros entornos donde viven.

Pero lo que se vive y el sentimiento de estabilidad, va creando en sus personalidades posibilidades de optar, es decir, pueden manifestarse de forma estereotipada y encontrarse en unas situaciones mal, o pueden, o pueden manifestares de acuerdo con los roles culturales y sentirse constantemente mal. Ahí es precisamente donde se evidencia la libertad de elección y por ello, una esperanza de cambio.

Para trabajar en este campo, constantemente debemos estar perceptiv@s a las dinámicas que se generan, a las relaciones que se establecen y a las influencias que mediatizan, con la finalidad de saber cómo, dónde y de qué manera debemos actuar para contrarrestar los esquemas que les van inconscientemente introduciendo en sus estructuras personales y afectivas.

En lo que se refiere al campo intelectual, los estereotipos también tienen su influencia determinante, ya que social y familiarmente, a los chicos se les crea la opinión que las matemáticas y las ciencias naturales y experimentales, son áreas más difíciles y por ello deben ser dominadas por los hombres, que son más aptos para desarrollarlas, despreciando o infravalorando los otros campos del saber, como son las letras y la creatividad; de ahí que las presiones que los chicos reciben tienden a estimularles en el estudio de las matemáticas, desestimando los otros, y a las chicas, justamente al revés, potenciándoles el campo de la lengua, la literatura, la creatividad, rechazando las matemáticas y las experimentales, por una concepción intrapsíquica que las heces sentirse menos capaces de abordarlas.

En la escuela se hace muy evidente esta mediatización, ya que vemos constantemente muchachos poco capacitados para el área matemática manifestando un amplio interés por este campo del saber, mientras observamos como chicas capacitadas lo desestiman y se sienten inseguras de poder abordarlo con éxito.

Claro, que hay que tener en cuenta, que cuando se trabaja en el campo de la igualdad, se producen una serie de varianzas, ya que a pesar que los chicos tiendan a trabajar más las matemáticas por influencia externa, se va poniendo en evidencia su éxito en otros espacios culturales y lo mismo sucede con las chicas, disminuyendo de esta manera la fijación de los roles de género.

Aunque la dinámica vivencial de la escuela va constantemente en contra de estas mediatizaciones personales, en ciertas épocas, según se vayan manifestando las influencias externas, el tema se trata, con la aceptación de la asamblea, de una manera más exhaustiva, porque ellas y ellos detectan que lo necesitan, por lo que los talleres troncales se encaminan a trabajar estos temas con preferencia a otros, consiguiendo un avance importante en el restablecimiento de la igualdad.

Para realizar este tipo de trabajo, para establecer la escuela de la anarquía, es imprescindible tener e ir construyendo una mente educadora lo menos condicionada posible en este campo; es decir, poseer una estructura mental, que sin ninguna clase de dudas, siente, cree y actúa, bajo la concepción de que todas las personas somos iguales por derecho natural, con ricas diferencias personales que pueden contribuir a un mundo libertario, a un mundo sin fronteras, a un mundo libre y progresivo hacia la consecución de la mayor felicidad posible.



Comentarios al artículo: Educación para la igualdad.

Nuestra sociedad, por muy avanzada que parezca aún conserva rasgos de una cultura machista dominada históricamente por los hombres, los que cumpliendo un rol de protector y patriarca de la familia, desvalorizó a la mujer por el sólo hecho de ser mujer.

La mujer siempre estuvo relegada al cuidado de los hijos y al cuidado de la casa, mientras que era el hombre el que salía a buscar el sustento diario. En este contexto la mujer muchas veces fue victima de violencia, en todas sus formas, debiendo aguantar pasivamente cualquier maltrato.

Si analizamos nuestra realidad actual nos podemos dar cuenta, que aunque esto ya no es tan evidente o cotidiano, la mujer aún mantiene grados de subordinación al hombre, haciéndose difícil que ellas asuman un rol más activo frente a la discriminación de la que son parte. En todo caso, los movimientos de liberación de la mujer, nos han hecho ver lo que ellas piensan, sienten y creen, exigiendo la igualdad de derechos en un mundo cada vez más cambiante y competitivo, pero falta mucho por avanzar en este camino y es responsabilidad tanto de hombres como de mujeres resolver las diferencias y aceptarse como iguales.

En cuanto a la libertad antes mencionada, esta libertad debe transformarse en una oportunidad de potenciar los roles de hombres y mujeres para construir juntos una sociedad más igualitaria, sin transformar esta experiencia de cambio en una “guerra de sexos”, para ver quien es el más fuerte o quien ganará la batalla. Esta igualdad será algo que se construye entre todos, paso a paso, poniendo cada bando de su lado todo el empeño para lograr el objetivo final: la igualdad entre hombres y mujeres.

Desde la educación la labor que se puede desarrollar es de vital importancia, pues desde pequeños podemos aprender a respetarnos y a rescatar en el otro todas sus capacidades y fortalezas, sin hacer diferencias en que si el otro es hombre o mujer. Debemos trabajar con los niños la tolerancia y el respeto, así como todos los valores que permitan mejorar nuestras relaciones interpersonales, educando en igualdad.
“Como educadores y agentes sociales, nuestra labor no es, ni puede ser, aséptica. Siempre tenemos un posicionamiento que será preferible que sea claro y consciente. Cualquier opción pedagógica que tomemos implica un posicionamiento educativo y social. No ser consciente de ello significa, lejos de ser neutrales, asumir acríticamente la cultura social dominante[1]”.

Hemos analizado y conversado en las últimas clases lo importante de educar en la igualdad y en el respeto a la mujer, sobretodo cuando se han producido una cantidad importante de femicidios en Chile. Es por ello que la educación en este aspecto también se alza como medio protector y formador de personas concientes y aptas para establecer relaciones sanas, evitando con esto que se vuelvan a producir este tipo de homicidios.

En este sentido algunas propuestas podrían estar orientadas a “desarrollar una acción educativa que promueva, en el país, un desarrollo social mediante una convivencia pacifica y de respeto entre las personas, independientemente de su condición de género, edad, estirpe; y diseñar programas dirigidos a escolares con el propósito de educar en la igualdad de género y en la capacidad de desarrollar relaciones interpersonales y afectivas libres de violencia.[2]

No debemos olvidar nunca lo necesario que es educar en la igualdad, dotar a nuestros alumnos y alumnas de las habilidades sociales necesarias para que se relacionen entre ellos de la mejor manera posible, respetando géneros, clases sociales, razas, etnias, religión, color, etc., con el fin de que acepten que todos somos diferentes y valiosos.

[1] Disponible en: http://www.concejoeducativo.org/alternat/igu_dife.htm

[2] Carabineros de Chile, Dirección de Protección Policial a la Familia, Seminario nacional sobre violencia intrafamiliar: Femicidio en Chile, Mayo 2007, Chile.

martes, 27 de noviembre de 2007

Proyecto: Trabajando los valores en la Escuela







UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA
CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
SEDE SAN FELIPE
PEDAGOGÍA EN EDUCACIÓN BÁSICA MENCIÓN EDUCACIÓN RURAL Y DESARROLLO.


Proyecto: “Trabajando los valores en la Escuela”



Evelyn Campusano Cossio
Erwin Olmos Palacios
Gonzalo Pérez Orrego
Jorge Pulgar Verdejo

Cuarto Año de Pedagogía en Educación Básica, con mención en Educación Rural y Desarrollo

Asignatura: Planteamientos Éticos y Valóricos.
Profesor: Fernando Leiva Valenzuela

Noviembre 2007


Introducción


Con el presente proyecto “Trabajando los valores en la Escuela”, desarrollado en la Escuela Alejandrina Carvajal Aspeé, de Población Hidalgo, en la comuna de Putaendo, fue trabajado con los cursos de Cuarto, Quinto y Sexto año Básico, el día 23 de noviembre de 2007. Se trabajó en la temática de los valores, mediante la aplicación de un Dilema Moral, como técnica cualitativa de recogida de datos, además de una Encuesta, como técnica cuantitativa.


El desarrollo de la aplicación y resultados de los instrumentos, así como los objetivos propuestos para este proyecto, serán expuestos a continuación; además de incluir una breve descripción de la escuela y del curso en el cual trabajamos.




I. Identificación Unidad Educativa y curso a trabajar.

v Nombre : Escuela Básica Alejandrina Carvajal Aspée.
v Director : Sr. Luis Sandoval Céspedes.
v Dependencia : Municipal.
v Teléfono : 034- 501612.
v Cursos : Cuarto, Quinto y Sexto año básico.
v Profesor Jefe : Sr. Luis Sandoval Céspedes.
v Número de alumnos: 11 alumnos. (05 hombres y 06 mujeres)
v Nivel socioeconómico: Medio bajo.
v Años de Docencia del Profesor Jefe: 25 años


II. Breve descripción de la Escuela.

La Escuela Alejandrina Carvajal Aspeé es una escuela rural multigrado, que se ubica en la localidad de Población Hidalgo, a quince kilómetros al norte de la comuna de Putaendo, perteneciente a la Provincia de San Felipe de Aconcagua.

La Escuela atiende los cursos de Pre Kinder a Sexto año Básico, agrupando a sus alumnos en tres grandes cursos:

Ø Pre Kinder y Kinder, a cargo de la Parvularia, Señora Damaris Arancibia.

Ø Primero a Tercero Básico, a cargo de la Profesora, Señora Zunilda Lizama; y

Ø Cuarto a Sexto Básico, a cargo del Profesor, Señor Luis Sandoval, quien además se desempeña como Director o Encargado del establecimiento.


III. Descripción del curso.

El curso multigrado, de Cuarto a Sexto año Básico, está compuesto por once alumnos, de los cuales 6 son mujeres y 5 son hombres, distribuidos de la siguiente manera:


Cuarto año básico
1. Jean Franco Alvarado Chávez.
2. José Antonio Alvarado Pérez.
3. Kassandra Arancibia Contreras.
4. Francisca Araya Pérez.
5. Evelyn Fuenzalida Chávez.
6. Romina Gallardo Jamet.


Quinto año básico
1. Matias Ahumada Donoso.
2. Belina Cortés Montenegro.
3. Eugenio Gallardo Arancibia


Sexto año básico
1. Esteban Díaz Gallardo.
2. Priscila Herrera Núñez.


Sus padres y familiares por lo general trabajan en labores relacionadas con la agricultura: labores agrícolas de temporada fuera de la localidad, o bien en las parcelas que se encuentran en Población Hidalgo. También el nivel educacional de los padres no es muy alto, presentando la mayoría una educación básica completa.


IV. Proyecto: “Trabajando los valores en la Escuela”

1. Objetivo general.

Reflexionar acerca de una situación de la vida cotidiana en la cual se presente un dilema moral, ejercitando habilidades relacionadas con el juicio moral a partir del conflicto que deben resolver, utilizando para ellos sus capacidades críticas, reflexivas y argumentativas.


2. Marco referencial.

2.1 Los valores[1].

Entenderemos como valores los ideales, pensamientos, o ideas que inducen a las personas a actuar y relacionarse con los demás. Son asumidos por voluntad y constituyen una pauta que orienta la vida de las personas.
Los valores son características morales que toda persona debe poseer, tales como la humildad, la piedad y el respeto; así como todo lo referente al género humano. El concepto de valores se trató, principalmente, en la antigua Grecia como algo general y sin divisiones, pero la especialización de los estudios en general han creado diferentes tipos de valores, y han relacionado estos con diferentes disciplinas y ciencias. Se denomina tener valores al respetar a los demas; asimismo los valores son un conjunto de pautas que la sociedad establece para las personas en las relaciones sociales.
Su estudio corresponde a la Axiología, una rama de la Filosofía, y de una forma aplicada pueden ocuparse otras ciencias como la Sociología, la Economía y la Política, realizándolo de maneras muy diferenciadas.
Estos son algunos de los valores morales:



Ø Libertad
Ø Honestidad
Ø Humildad
Ø Amor
Ø Paz
Ø Respeto
Ø Responsabilidad
Ø Tolerancia Social
Ø Unidad
Ø Ayuda
Ø Amistad
Ø Caridad
Ø Justicia
Ø Fidelidad
Ø Lealtad
Ø Igualdad Social
Ø Colaboración
Ø Generosidad
Ø Solidaridad
Ø Vida



También podemos encontrar el lado contrario, conocido como los antivalores. Con antivalores nos referimos a todo aquello que se oponga a los valores. Algunos ejemplos pueden ser. Amor- Odio. Justicia-Injusticia. Igualdad-Desigualdad. honesto-mentiroso.

2.2 Educación en valores

Según Camps (2000) la misión de la educación es transmitir conocimientos integrados en una cultura y en una dimensión ética. Esto lleva a educar en valores, pero no cualesquiera (estéticos, políticos, económicos...) sino éticos, los que forman el carácter y permiten promover un mundo más civilizado.

La importancia de la escala valórica en el desarrollo de una persona y su convivencia social radica en que, en el aspecto moral y valórico no siempre tenemos los mismos valores que los otros integrantes de la familia como fundamentales para el desarrollo de nuestras vidas, si se dimensiona a nivel de un grupo como es la escuela, resulta imposible que todos los alumnos y personas que conviven conozcan o tengan clara la escala de valores de los demás.

Por esta razón reviste vital importancia conocer que valores resultan fundamentales para los otros, en nuestro caso, para las familias de los niños/as que vamos a educar, para lograr así un consenso en aquellos que consideraremos fundamentales e intransables para una buena convivencia escolar y familiar[2].

Para desarrollar una buena formación moral se debe fortalecer en los niños y niñas:

Ø La autonomía.

Esta se afianza de acuerdo a las posibilidades que tenga el niño o niña para: actuar, ensayar, y adquirir seguridad de sus propias acciones. Se manifiesta a temprana edad a través de la exploración, la opinión, el proponer, el contribuir, el escoger, el decidir, el auto-dirigirse, y auto-regularse, en la convivencia con otros

Ø La identidad.

Nace de la necesidad de sentirse seguros, confiados, queridos, y aceptados. Les permite valorar y apreciar sus características personales y familiares afianzar sus relaciones Inter-personales, esto implica internalizar normas y valores que la sociedad transmite.

Se manifiesta mediante la conciencia como sujeto independiente de los otros, reconociendo su sexualidad, su género y logran consolidar su autoestima.
Ø La convivencia.

Abordas los aprendizajes relacionados con el establecimiento de relaciones interpersonales positivas basadas en el respeto de las personas las diversas comunidades y a las normas y valores de la sociedad en la cual se encuentra inserto.


2.3 Dilemas morales.
(Fuente: www.mineduc.cl/biblio/documento/libro_completo_oft.pdf)

Los dilemas morales son situaciones de la vida cotidiana o del entorno social que representan un grado de complejidad y que implican un conflicto de valores, en el que el respeto a uno de ellos está en contradicción con otro.

La discusión o resolución de dilemas morales tiene como objetivo principal el favorecer el desarrollo del juicio moral de los y las estudiantes. Consiste en breves historias o casos que plantean un conflicto de valores; generalmente presentan dos alternativas que se enfrentan entre sí y sobre las cuales se debe tomar una postura personal durante la discusión. Estas situaciones no necesariamente ofrecen una única solución aceptable o una única solución absolutamente clara e indiscutible. Su propósito es, justamente, enfrentar al sujeto que está frente a dos alternativas de valor, a reflexionar respecto de cuál de esas dos opciones considera más justa. El ejercicio culmina con la discusión en grupos en que cada uno de sus miembros deberá exponer y defender su propia opinión y confrontar sus razones con las de los demás. Es esta puesta en común la que permitirá a los y las estudiantes argumentar sus ideas, confrontarlas con sus pares y descentrarse de sus propias opiniones, descubriendo que hay otras alternativas igualmente válidas, otras miradas, frente a una situación de la vida escolar y social.

Los dilemas morales permiten desarrollar la capacidad de diálogo: en ese encuentro con el otro, el yo encuentra su identidad, debe reconocerse como sí mismo, como otro y en vínculo con la comunidad, permitiendo explicar los propios puntos de vista, encontrar soluciones y dominar técnicas pacíficas de resolución de controversias, en un clima de respeto y aceptación del pluralismo. En el encuentro con el otro, es donde el alumno/a se percibe como diferente a su semejante, pero igual en su dignidad.


¿Cómo trabajar los dilemas morales en el aula?

Para trabajar los Dilemas Morales en el aula, es recomendable seguir las siguientes etapas:

a. Enfrentarse al dilema moral.

Ø Presentación del dilema moral por parte del profesor o profesora.
Ø Garantizar la comprensión del dilema moral por medio de preguntas respecto de su contenido.

b. Adoptar una postura tentativa.

Ø Toma de postura personal frente al dilema.
Ø Razones que justifican la alternativa elegida.
Ø Formulación de algunas intervenciones en el grupo en las que se planteen las posturas.

c. Discusión en grupos reducidos.

Ø Expresión de la propia opinión y escucha de las distintas posiciones en el grupo.
Ø Producir y examinar razones que justifiquen cada una de las posturas.
Ø Búsqueda de posibles soluciones al dilema.

d. Debate general.

Ø Puesta en común del trabajo en grupo.
Ø El profesor o profesora introduce aspectos no contemplados por los grupos.
Ø Les ayuda a reflexionar respecto de las consecuencias de cada opción.
Ø En conjunto transfieren el dilema a situaciones de la vida cotidiana.

e. Toma de postura personal.

Ø Cada alumno o alumna deja por escrito su posición individual, señalando los argumentos que la justifican. En este tipo de estrategia se sitúa al alumno/a como un personaje más dentro del conflicto. El docente estimula la reflexión de sus alumnos/as a partir de preguntas como:

¿Qué crees que debiera hacer el protagonista?
¿Qué piensan que sentirían ustedes si estuviesen en su lugar?
¿Cuál consideran la mejor solución?
¿En qué sentido afirman que es la mejor opción?

¿Qué oportunidades ofrecen la resolución de dilemas morales para el desarrollo de los OFT?

En el ámbito del desarrollo del pensamiento la resolución de dilemas morales estimula a los y las estudiantes a que sean capaces de adoptar nuevas perspectivas frente a un hecho y estimula la argumentación para defender los propios puntos de vista. También permiten desarrollar distintos tipos de procedimientos argumentativos, estableciendo analogías, planteamiento de ejemplos y contraejemplos, formulación de hipótesis a la hora de enfrentar un dilema moral. Junto a lo anterior, estimula el discernimiento y la reflexión crítica de los y las estudiantes frente a las posibles soluciones que se plantean en cada uno de los dilemas.


Al trabajar en el aula con Dilemas Morales se debe procurar:

Ø Posibilitar un ambiente de confianza que estimule la cooperación y comunicación entre los alumnos y alumnas.

Ø Crear una atmósfera donde el profesor no sea el centro de la discusión, sino que favorezca la adopción de perspectivas, estimule la argumentación, posibilite la felicitación del por qué ante un determinado conflicto, etc.,y en ningún caso emita sus propios juicios de valor.

Ø Vincular los dilemas con situaciones de la vida diaria.

Ø Estimular la capacidad de comunicación para: saber escuchar, poder expresar nuestros argumentos públicamente, poder captar las diferencias, asumir los puntos de vista discrepantes con los nuestros, etc.

Ø Crear las condiciones para que los alumnos y las alumnas adopten distintas perspectivas a las propias. Bien, estimulando a que adopten la posición de la otra persona que defiende una postura diferente, o bien, interrogando adecuadamente para presentar más elementos o aspectos de la situación que pasan desapercibidos para ellos mismos.

Ø Informarse respecto de las características de la etapa del desarrollo moral de sus alumnos y alumnas para poder seleccionar apropiadamente los ejemplos a trabajar con ellos.



3. Actividades.

3.1 Contenidos.

Ø Dilemas morales: Reflexión crítica sobre temas asociados a la realidad de los alumnos y alumnas.
Ø Criticidad y reflexividad: Responsabilidad individual y colectiva en la prevención de condiciones favorables para la vida.

Ø Habilidades comunicativas: Expresión de sentimientos, pensamientos, opiniones y juicios personales.

Ø Procedimientos argumentativos: establecer analogías, ejemplos y contraejemplos, formulación de hipótesis.


3.2 Aprendizajes esperados.

Ø Ejercitar habilidades relacionadas con el juicio moral a partir de diversas situaciones que plantean conflictos cognitivos que deben resolver a través del uso de capacidades críticas, reflexivas y argumentativas.

Ø Comprender la magnitud y complejidad del problema social y de salud reconociendo la responsabilidad personal y colectiva en la preservación de condiciones favorables para el desarrollo de hábitos de vida saludables.

Ø Desarrollar actitudes de respeto y escucha durante las intervenciones y la participación de sus compañeros y compañeras.

Ø Desarrollar la creatividad en el diseño de alternativas positivas que contribuyan a la prevención de conductas adictivas.


3.3 Actividades.

Tiempo : 30 minutos.
Recursos : lápices, texto dilema moral “la arañita pollito”, encuesta.
Metodología: Trabajo individual y grupal.

Ø Descripción de las actividades.

Con esta actividad, se observará cómo los niños piensan y actúan frente a un Dilema Moral. Lo más probable, en este sentido es que los niños van a mostrar varios niveles de desarrollo al respecto. Por ejemplo, el nivel más bajo podría ser aquel en que el niño no puede distinguir entre lo bueno y lo malo; el segundo nivel es el de quien cree que si sus opiniones o acciones negativas no son conocidas por los demás, no importa tenerlas o hacerlas; mientras que en un tercer nivel estarán los estudiantes que saben que algo está mal, pero lo hacen de todas maneras; y el cuarto nivel es el de los que siempre tratan de hacer aquello que creen que es lo correcto.

Para medir los valores que poseen los alumnos de Escuelas rurales se aplicara un dos instrumento, uno cuantitativo y otro cualitativo, se hará a través de un dilema moral que se les será leído a los alumnos en voz alta, por algún miembro del grupo que aplica los instrumentos.

Los alumnos en una primera instancia deberán juntarse en grupo, para comentar dicho dilema, una vez realizado esto, contentaran un cuestionario que medirá de forma cuantitativa los valores, que son reflejados en el dilema, este consta de siete preguntas, que serán medidas en una lista de cotejo. El instrumento cualitativo se medirá a través de una pregunta, donde los alumnos deberán explayarse y dar todos sus puntos de vista sobre el tema central del dilema.

A continuación se presenta el Dilema moral, que fue elegido para estos alumnos, fue elegido especialmente por el tema significativo y cercano que es para ellos, tratamos de que está experiencia sea lo más significativa para los alumnos.


A. Instrumento de evaluación Cualitativa: Dilema Moral


Una araña "pollito"
Al salir de excursión con tu hermano encuentran una araña pollito. La araña iba caminando cerca de unas piedras y luego se quedó quieta, como calentándose al sol. Primero ambos se asustaron, pero después a ti te bajó mucha curiosidad y deseos de saber más sobre las arañas. Tu hermano, sin embargo, tomó una piedra, se la tiró a la araña pollito y la mató.


Ø Pregunta de Evaluación Cualitativa

¿Por qué crees que es importante respetar la vida de cualquier ser vivo?

B. Instrumento de Evolución Cuantitativo: Lista de Cotejo



NO
Te da pena por la araña.

Le pides a tu hermano que no lo vuelva a hacer.

Le dices a tu hermano que estuvo mal lo que hizo, porque las arañas pollito no le hacen daño a las personas.

Le dices a tu hermano que estuvo entretenido hacerlo y que busquen más arañas, pero que esta vez te deje a ti matarlas.

Le pides a tu hermano que te ayude a buscar una araña pollito para llevarla de mascota a tu casa.

Crees que tus padres se enojarían por lo que hizo tu hermano.

Crees que es importante la vida de cualquier ser vivo.




V. Descripción de la experiencia.

La implementación de nuestro proyecto la hicimos en la Escuela Alejandrina Carvajal, ubicada en Población Hidalgo, Comuna de Putaendo. El curso es Multigrado, cuarto, quinto y sexto, y consta de 11 alumnos y alumnas.

Se reunieron a los alumnos en grupos, dos de cuatro niños y uno de tres. Se les leyó en voz alta el dilema moral, se les pidió a los grupos que hicieron comentarios entre ellos sobre lo escuchado. Nosotros íbamos pasando por los grupos para escuchar los comentarios que hacían los alumnos y también para ayudarlos frente a cualquier duda.

La mayoría de los alumnos comentaban “que eran malo lo que había hecho el hermano”. Los niños se portaron bien e hicieron bastantes comentarios sobre el dilema moral que se les había presentado.

Luego se les entregó una encuesta a los alumnos abarcando el mismo tema del dilema, esto para tener un aspecto cuantitativo de la experiencia, y además debían escribir sus pensamientos al reverso de la hoja, respondiendo a la pregunta ¿Por qué crees que es importante respetar las vidas de cualquier ser vivo?

El dilema que tratamos contenía bastantes cosas que los alumnos de escuelas rurales suelen ver, esto facilitó que los alumnos pudieran empatizar con el tema, lo que provocó que los comentarios fueran más profundos y más significativos para ellos.

Mucho de los alumnos comentaron en la puesta en común del tema, experiencias que ellos tenían con respecto al tema. Todos tenían muy claro cual era el valor que se estaba reflejando en el dilema.


VI. Resultados.

Ø Análisis cuantitativos.

A continuación se presentan las respuestas que los alumnos dieron a las preguntas que se le hicieron respecto al Dilema Moral “La araña pollito”, como parte del análisis cuantitativo del proyecto.

1. ¿Te da pena por la araña?

De los once alumnos del curso nueve respondieron que si les daba pena por la araña, mientras que dos de ellos respondieron que no.


2. ¿Le pides a tu hermano que no lo vuelva a hacer?

En esta pregunta todos los alumnos respondieron que si.

3. ¿Le dices a tu hermano que estuvo mal lo que hizo, porque las arañas pollito no le hacen daño a las personas?

Nuevamente los once alumnos respondieron que si a la pregunta.


4. ¿Le dices a tu hermano que estuvo entretenido hacerlo y que busquen más arañas, pero que esta vez te deje a ti matarlas?

Todos los alumnos concordaron en decirle que no a su hermano.

5. ¿Le pides a tu hermano que te ayude a buscar una araña pollito para llevarla de mascota a tu casa?

Para esta pregunta las respuestas fueron. Cinco dijeron que si y seis dijeron que no.

6. ¿Crees que tus padres se enojarían por lo que hizo tu hermano?


Seis de los alumnos contestaron que sus padres se enojarían por lo que hizo su hermano y cinco de éstos contestaron que sus padres no se enojarían.

7. ¿Crees que es importante la vida de cualquier ser vivo?

Aquí la totalidad de los alumnos respondieron que sí es importante la vida de cualquier ser vivo.


Ø Análisis Cualitativos.

Para recoger los datos cualitativos aplicamos la siguiente pregunta:

¿Por qué crees que es importante respetar la vida de cualquier ser vivo?

Frente a la pregunta anterior los alumnos dieron respuestas similares, no nos encontramos con alguna respuesta en donde ellos escribieran que los seres vivos no son importantes para el hombre.

Tres de los once alumnos (as) respondieron que es importante respetar la vida de los seres vivos “porque son parte de la creación de Dios”


Seis de los once alumnos (as) manifestaron que “son seres vivos iguales a nosotros y que no deben ser maltratados”

Un alumno manifestó que los seres vivos nos dan felicidad y por eso hay que respetar su vida: “porque nos dan felicidad”


Finalmente, un alumno declaró que era importante respetar la vida de los demás seres vivos, que había que ponerse en el lugar de ellos, ser empáticos con las demás formas de vida: “porque el que mata no le gustaría que lo mataran a el y lo que hizo estuvo malo…”


Nos dimos cuenta que en su totalidad el curso tenía conocimiento sobre el valor que estábamos tratando, el cual era el respeto a la vida. Todos coincidieron que es malo matar a cualquier ser vivo, aunque en la conversación admitieron que alguna vez mataron a algún animal por juego, por ejemplo, una lagartija, pero que ya no lo hacían.

En las respuestas también nos encontramos con un valor religioso que refuerza aquellas opiniones que los alumnos daban, como es la creencia en Dios, al igual que manifiestan que los demás seres vivos son importantes para el ser humano, pues nos hacen sentirnos acompañados y felices. También en las respuestas y opiniones que nos dieron los alumnos (as) manifestaron que debemos ponernos en el lugar de los demás seres vivos al momento de reaccionar frente a una situación como la que expusimos.

En conclusión creo que estos alumnos se enfrentaron de acuerdo a lo esperado por nosotros frente a este valor tan importante como es el respeto a la vida de los seres vivos. Además de reforzar el cuidado por la naturaleza y, lo más importante creemos, que es darse cuenta que los humanos no somos los únicos seres vivos que habitamos el planeta.




VII. Análisis de los resultados.

1. Gráficos.

Gráfico Nº 1


En este gráfico podemos observar que 8 de los alumnos de un total de 11 contestaron que sí le daba pena por la araña y el resto (2) no le dio pena por la araña. Podemos inferir en esta pregunta que los alumnos sienten pena por la araña pollito, pues es un animal que es significativo para ellos, pues todos los alumnos la conocen, según las conversaciones posteriores a la aplicación del instrumento.


Gráfico Nº 2

Aquí los alumnos reflejaron que estaban en contra de la acción de su hermano. Esto nos puede indicar que los alumnos tienen presente el concepto de respeto a cualquier forma de vida.


Gráfico Nº 3

3.Le dices a tu hermano que estuvo mal lo que hizo, porque la araña
pollito no le hace daño a las personas


El 100% de los alumnos le diría a su hermano que la acción cometida estuvo mal, porque la araña no le hace daño a nadie. Creemos que los alumnos tienen información de los animales que son peligrosos para las personas, ya que manifestaron que la araña pollito no era venenosa.


Gráfico Nº 4

4. Le dices a tu hermano que estuvo entretenido hacerlo y que busquen
más arañas, pero que esta vez te deje a ti matarlas


En este gráfico podemos inferir que la opción “No”, acapara la aceptación del 100% de los alumnos, ya que ellos no le dirían a su hermano que estuvo entretenido hacerlo, por lo antes mencionado: el respeto a todas las formas de vida.

Gráfico Nº 5


Los alumnos que no están de acuerdo con esta opción son principalmente niñas (5) y un varón. En cambio los que sí están de acuerdo con llevarse una araña pollito de mascota son cuatro varones y una niña. Podríamos deducir que los varones, con excepción de uno, querrían llevarse la araña porque les parece algo exótico como mascota, en cambio las niñas, también con excepción de una, no querrían llevarse la arañita porque es un animal no muy común y porque principalmente las mujeres temen a este animal.


Gráfico Nº 6


En este gráfico podemos deducir que los alumnos piensan parecido a sus padres, ya que la mayoría contestó que sus padres se enojarían por lo que hizo su hermano.



Gráfico Nº 7

En este grafico podemos inferir claramente que a los alumnos les resulta importante o significativa la vida de cualquier ser vivo.




VIII. Conclusión.

Al concluir este proyecto nos llevamos una buena impresión del significado que tienen para los alumnos los valores. Muchas veces oímos que los estudiantes ya no tienen valores, lo que es muy fuerte de escuchar. A nuestro parecer todos tenemos

El hecho de haber aplicado nuestro proyecto en una Escuela rural, nos da una mirada sobre como es el pensamiento de estos niños frente al los valores. Nos pudimos dar cuenta que tienen valores positivos, como lo fue en este caso.

Los alumnos tuvieron una buena recepción frente al tema, participaron lo que nos deja muy satisfechos frente a los resultados de la aplicación. Aunque confesamos que no nos esperábamos muchas respuestas positivas, nos deja muy contento que esto no se haya cumplido y que los alumnos tengan una buena posición cuando hablamos del respeto a la vida.

El hecho que hayamos usado un dilema moral significativo para los alumnos, por el medio en que viven, nos facilito el tema de conversación, ya que ellos podían imaginarse la situación sin ningún problema, siendo aún más fácil tomar una posición frente a lo planteado en el dilema moral “la araña pollito”.


Bibliografía

1. Camps, V, Los valores de la educación, Madrid: Anaya, 2000 (7ª edición)

2. Los valores, http://es.wikipedia.org/wiki/Valores

3. Taller de Transversalidad, anfitrion.rmm.cl/usuarios/ppere/doc/200407210117120.TALLER%20VALORES.ppt

4. www.mineduc.cl/biblio/documento/libro_completo_oft.pdf




[1] Disponible en el sitio web: http://es.wikipedia.org/wiki/Valores
[2] Disponible en: anfitrion.rmm.cl/usuarios/ppere/doc/200407210117120.TALLER%20VALORES.ppt