Jorge Pulgar

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miércoles, 10 de octubre de 2007

Análisis artículo 1: Necesidad de la ética en la educación.

Artículo Nº 1: Necesidad de la ética en la educación.


Área: Solidaridad.
Materia: Ética y sociedad.
Autor: Josep M. Recasens y Aselm Enciso



Vivimos en una sociedad que ha conseguido grandes logros, pero en la que todavía existen problemas importantes a resolver. Problemas personales, como insatisfacciones y frustraciones, enfermedades síquicas, depresiones etc., y problemas colectivos, como conflictos sociales graves, falta de solidaridad, agresiones y violaciones de todo tipo, grandes desigualdades económicas etc.
Estos son problemas complejos que exigen soluciones complejas, pero que a nuestro entender van íntimamente relacionados al bajo nivel ético de nuestra sociedad. Esta situación se debe en parte al sistema educativo actual y al ambiente que nos rodea.

La educación actual tiende a formar a individuos preparados en especialidades concretas listos para un rendimiento laboral inmediato, prescindiendo de su formación humanista, lo cual genera a menudo indiferencia e insolidaridad. En cuanto al ambiente, existe lo que Jerome Brunner denomina "anti-escuelas". Son los modelos de conducta brindados por los medios de comunicación (principalmente la televisión), la publicidad, modas de todo tipo, etc. Todo esto hace que nuestra juventud sea especialmente vulnerable y esté alejada de cualquier reflexión. Este ambiente manipulador no puede cambiarse fácilmente, pero si puede hacerlo la educación para ayudar a enfrentarse con él, y con los problemas reales que enmascara. De ahí la necesidad de una educación ética, que a nuestro entender, debería tener la asignatura de Ética como algo fundamental.
Su introducción es necesaria porque precisamente la Ética intenta establecer, mediante la razón, las normas reguladoras del comportamiento humano que permitan resolver los problemas que afectan a nuestra convivencia, aportando soluciones reales. Es incomprensible tener que pedir algo tan esencial, pero quizás la causa esté en el desconocimiento de lo que es la Ética, por lo cual daremos nuestra visión sobre ella.
Ante todo debemos separarla de la moral ya que ésta alude a una sociedad determinada localizada en un cierto tiempo y lugar, mientras que la Ética (en mayúscula) intenta ser algo que afecte a todos los seres humanos, poseedores de unas mismas necesidades básicas. Por el mismo motivo debemos separarla de la Religión, puesto que esta solo atañe a los creyentes Para evitar conflictos con la misma, precisaremos que el fundamento de la Ética puede obedecer a algo transcendente o bien ser algo puramente biológico, consecuencia de la evolución. La discusión en uno u otro sentido puede ser infructuosa por lo que preferimos ceñirnos al principio básico de lo que es mucho más importante proceder a su aplicación, que no ponerse de acuerdo sobre su fundamento.
Sin embargo, debemos aclarar algo más sobre el mismo. En los seres humanos conviven y en cierto modo se enfrentan lo que podríamos llamar, genéricamente, dos instintos. El primero, verdadero instinto, es el de la supervivencia del hombre como individuo. El segundo, que es algo más, pues intervienen las facultades superiores, es el de la preservación del hombre como especie. El primero da lugar a lo que llamamos egoísmo, siendo el responsable, por ejemplo, de la agresividad. Seguirlo puede proporcionarnos satisfacciones personales. El segundo es el responsable del altruismo, y contribuye a la aparición de la felicidad, como veremos. Potenciarlo es una de las misiones de la Ética a fin de contrarrestar la exaltación del primer instinto primario existente en nuestra sociedad. Los postulados de la Ética son algo que han ido surgiendo a lo largo de la historia del hombre, un saber acumulado desde los grandes pensadores orientales y griegos de la antigüedad hasta los actuales, pasando por otros tan importantes, como Spinoza y Kant. Por lo tanto, la Ética tiene que incluir sus razonamientos y su conveniente actualización y ampliación.
Hoy en día está bastante claro que para intentar solucionar los conflictos existentes con los demás, antes debemos tener solucionados nuestros propios conflictos íntimos. Por ello, el punto de partida de la Ética es el de ayudar a reflexionar sobre lo que es mejor o más conveniente para cada individuo. Intenta encontrar un modo de comportarse que haga a cada uno sentirse mejor consigo mismo, ser más feliz. Aparentemente esto está en contradicción con el altruismo inherente a la Ética, pero si profundizamos en el tema esta contradicción resulta falsa. No encontramos la realización plena de nuestras facultades ni la felicidad entrando en conflicto con los demás, sino siendo solidarios con ellos, como consecuencia del segundo "instinto" aludido. Esta relación entre altruismo y contribución a la felicidad (o entre egoísmo e infelicidad, más común y por tanto mejor demostrado) justifica, por sí sola, la importancia de la Ética y la necesidad de incluirla en la educación.
Creemos que estas breves reflexiones dan una idea de la ética que debería impartirse para contribuir a mejorar nuestra sociedad.

Disponible en el sitio web:

Comentario a artículo:
Necesidad de la ética en la educación (Josep M. Recasens y Aselm Enciso)

Jorge Pulgar Verdejo.


Constantemente se habla de la responsabilidad que debe asumir la educación en muchos aspectos, sobre todo en lo referente a los valores, a la educación en la ética y en la moral que, al no ser abordado completamente por la familia en la formación de sus hijos, por los factores que todos conocemos: trabajo, tiempo, educación, pobreza, etc., termina asumiendo la escuela para satisfacer esta problemática.

Aparte de la familia el ambiente sociocultural en donde crecen nuestros niños y jóvenes manipulan sus vidas, haciendo que repitan modelos y tendencias que se multiplican en el día a día y que se transmiten por los distintos medios de comunicación, el Internet y en la interacción con sus pares. Sólo a modo de ejemplo hace unos días mostraban en las noticias jóvenes besándose hombres con hombres, mujeres con mujeres, o bien consumiendo alcohol o drogas en parques y plazas de la capital. Vemos también estudiantes golpeándose entre ellos, ya sean hombres o mujeres, grabando estas manifestaciones de violencia para subirlas al Internet, dando cuenta de que mientras más alto sean los grados de violencia, más valiosa la experiencia desde su punto de vista. Podemos observar además nuevas tendencias o tribus urbanas (pókemon, emos, poncios, etc.) con las cuales se abanderizan nuestros jóvenes alumnos.

Y frente a estos problemas ¿Cuál es la solución? Según los autores “Este ambiente manipulador no puede cambiarse fácilmente, pero si puede hacerlo la educación para ayudar a enfrentarse con él, y con los problemas reales que enmascara. De ahí la necesidad de una educación ética, porque precisamente la Ética intenta establecer, mediante la razón, las normas reguladoras del comportamiento humano que permitan resolver los problemas que afectan a nuestra convivencia, aportando soluciones reales.”.

La ética permitiría entonces, antes de resolver los vacíos, problemas y conflictos con los demás, reflexionar sobre que es lo que estamos haciendo y como nos sentimos con ello, asumiendo que necesitamos de las reglas para guiarnos y que esta no es una selva por la que transitamos sin los valores que permitan elevar al hombre, quizás no a la perfección, pero sí a una calidad de vida donde se respete a sí mismo, respete al otro y viva los valores.


Debemos permitir la reflexión y el pensamiento crítico en nuestros estudiantes y en nosotros mismos, no dejarnos llevar por las apariencias, ponernos en el lugar del otro y trabajar para llenar los vacíos que podamos tener en este tema. También es nuestra responsabilidad manejar el tema y establecer cual será nuestra postura al respecto, para ser consecuente con nosotros mismos y con nuestros actos.

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